Se trata de una ikastola que fomenta el euskera a través de la socialización de los niños y niñas. El motivo principal para la creación de un dispositivo así en Ustaritz ha sido, por un lado, la existencia de un entorno en el que predomina el francés, y, por otro, la relación tan pobre que se da entre el alumnado.
La ikastola de Uztaritz ofrece a los niños la oportunidad de interactuar activamente a través de la convivencia: los alumnos mayores se ocupan de los más jóvenes en determinados momentos y lugares, es decir, se responsabilizan de los más jóvenes, y esa mezcla de edades garantiza las relaciones sociales dentro del centro educativo y favorece la motivación constante de los niños. Tras esta organización, se encuentra, naturalmente, el trabajo cooperativo de un equipo profesional.
El cometido del equipo educativo y, en especial, de los progenitores, es dar sentido y vida al euskera para que no sea únicamente la lengua de la ikastola.
Queremos educar a personas que viven, sienten y piensan en euskera, personas autónomas con unas directrices claras de integración social de cara al futuro y que han desarrollado debidamente tanto su conocimiento personal y como su desarrollo integral. Partiendo de los intereses y de los conocimientos de los niños y teniendo en cuenta su capacidad de transmisión, queremos inculcarles nociones relacionadas con la realidad y que les serán útiles en el futuro. También por eso es imprescindible que la convivencia signifique también aprender a convivir con el entorno y con la naturaleza más próxima a nosotros. Y es que no sirve de nada trabajar sobre un contenido, si luego los niños no ven su eficacia ni pueden utilizarlo de ningún modo en su realidad, es decir, en sus juegos, en sus relaciones familiares, en las relaciones con sus amigos y, en general, en la sociedad.