Se trata de un encuentro de convivencia de unos 3-4 días de duración entre personas con el aragonés como L1 (nativos aragonesohablantes) y otras que lo tienen como L2, unido siempre al trabajo entre proyectos culturales similares y en base a inquietudes comunes de aquellos que participan en el mismo.
 
El proyecto es rotatorio, ya que se realiza en diferentes localidades con hablantes maternos de la lengua, tales como Chistén – Val de Chistau, Artieda, Secastiella – Baixa Ribagorza y Ciresa – Val d'Echo y Mayo en Fonz. Se realizan diversas actividades de la vida común con niños y con adultos, además de actividades expresamente culturales para enriquecer el programa, tales como excursiones, audiciones, etc.
 
La trobada busca posibilitar durante unos días realizar la vida íntegramente en la lengua romance con menos hablantes de Europa, ofreciendo un contexto real. Gracias a ella, la comunidad preocupada por la supervivencia del aragonés estrecha y refuerza lazos, además de trabajar en el impulso y revitalización de su lengua.
 
Esta iniciativa nación de la necesidad de hacer comunidad debido a la fragmentación (dialectal y asociativa) entre los hablantes de aragonés. Participan, principalmente,  escuelas de aragonés, asociaciones culturales de los pueblos, comarcas y ayuntamientos