Este proyecto parte de la colaboración entre tres instituciones con un peso importante en el proceso de normalización del euskera: la Diputación Foral de Gipuzkoa, Kontseilua (el Consejo de Organismos Sociales del Euskera) y UEMA (la Mancomunidad de Municipios Vascohablantes) han unido sus fuerzas para seguir dando pasos adelante en los municipios vascohablantes. Así, la Diputación Foral de Gipuzkoa y UEMA han desarrollado un nuevo esquema de trabajo, que pretende introducir la prevención en los instrumentos de planificación que corresponden a cada una de las administraciones. Han desarrollado, por ejemplo, un sistema para evaluar el impacto lingüístico, cuya sigla en euskera es ELE (Eragin Linguistikoa Ebaluatzeko tresna – herramienta de evaluación del impacto lingüístico).
Y es que se ha observado un parón en los entornos sociolingüísticos más claramente vascohablantes: la proporción de vascohablantes ha disminuido en todos los municipios de dicho entorno y ese parón se nota también en los datos sobre la utilización del euskera en la calle. Según los expertos, las condiciones que permiten o no vivir en euskera son muy cambiantes y dependen en gran medida de la acción de las personas o de las instituciones. Por ejemplo, los lingüistas destacan que los cambios geográficos que han tenido lugar en pueblos y ciudades están influyendo en el desarrollo de las lenguas. De ahí que para crear las condiciones y poner los medios necesarios para vivir en euskera sea necesario tener en cuenta todos los aspectos sociales, incluyendo aquellos relacionados con el desarrollo del territorio, con su ordenación y con el urbanismo.
Por lo tanto, a fin de fomentar y ampliar el número de espacios vitales del euskera, UEMA y Kontseilua firmaron un acuerdo de colaboración en 2012 para cuidar, promover y ampliar el número de municipios vascohablantes, es decir, aquellos que cuentan con un número mayoritario de habitantes vascohablantes.
El objetivo principal de dicho acuerdo es prever y medir cómo puede influir la intervención de las entidades sociales en la situación del euskera de los municipios vascohablantes, así como corregir o amortiguar los posibles daños mediante medidas correctoras.
A fin de que los municipios vascohablantes sigan viviendo en euskera y no cambie su composición sociolingüística, es preciso tomar, entre otras, las medidas siguientes:
- Insertar el parámetro de la prevención en las instituciones públicas, a fin de que su actividad habitual no perjudique la vida social y el desarrollo cultural de dichas zonas vascohablantes.
- Aumentar el número de espacios vitales del euskera y ampliar su espacio de influencia. Ese es precisamente el itinerario natural del proceso de normalización: conseguir que los espacios vitales potenciales del euskera se conviertan en espacios vitales reales.